domingo, 23 de marzo de 2014

La segunda jornada del Festival de Málaga (Parte I)


Sinceramente, no esperaba que todas las jornadas del Festival de Málaga tuvieran el mismo nivelazo de alfombra roja que vimos en la ceremonia de inauguración, pero lo cierto es que anoche volvimos a encontrarnos con unos estilismos muy buenos tanto en calidad como en cantidad.

Para empezar, dedicamos una entrada a aquellos que, si bien no son malos, no nos terminan de convencer:




Mi decepción particular de la noche fue Marta Hazas, quien no logró convencerme con su diseño de la española Miriam Ocáriz. Es cierto que es una de las apuestas más arriesgadas que vimos anoche, pero no creo que este diseño de estética naif termine de funcionar en la práctica. Podríamos decir que de cintura para arriba me gusta el look, pues el mix de texturas que incluye el bustier es más que acertado, pero el estampado de la falda convierte este look en uno de los peores de la noche.




De todos los LBD que vimos anoche, solo pienso comentar dos. El primero de ellos lo llevaba Cristina Castaño, quien recurrió también a la diseñadora Miriam Ocáriz. Personalmente, me parece un estilismo demasiado serio y más que olvidable, pero debo admitir que el contraste que aportan sus peep-toes en color verde lima de Úrsula Mascaró consigue que me haya fijado en ella. No es un look malo, pero no está a la altura.




Lo mismo me ocurre con el otro LBD de la noche, el que llevaba Patricia Conde, firmado por Pucci. En este caso, la inspiración étnica de la parte superior lo hace algo más especial que el vestido anterior, pero tampoco creo que sea lo más adecuado para una velada de este tipo. Eso sí, la actriz y presentadora lo accesorizó de un modo magnífico al añadir una serie de pulseras, que completan el acabado boho del look. Genial también su look de belleza.




Y parece que la cosa iba de minivestidos, porque Ana Rujas recurrió también a uno de ellos, firmado en esta ocasión por la casa italiana Armani. Como suele ocurrir con los diseños de esta firma, sorprende el modo en que el corte asimétrico y el drapeado lateral logran articular una perfecta silueta a partir de un simple "trozo de tela". Por otra parte, sus sandalias en animal print de color marrón y verde, aportan un contraste más que interesante. Sin embargo, en la gala inaugural ya escogió un color que mimetizaba mucho con su tono de piel, por lo que le pedimos un cambio a la actriz.




No sé por qué, pero me parece que la pareja formada por Leonor Watling y su vestido de María Barros, en un precioso azul klein, no termina de encajar... En realidad, hay varios elementos como el largo por debajo de la rodilla (que acorta visualmente la estatura ya de por sí baja de la actriz), la manga larga demasiado holgada o los insulsos zapatos en nude que provocan que el look se desinfle por momentos. Además, este vestido pedía un recogido más sofisticado, y no una sencilla coleta.




Si en la primera jornada decidí ignorar el estilismo de Belén López, en esta segunda vamos a tenerla en cuenta por un motivo de peso: se atrevió con un vestido de Vicky Martín Berrocal. Pero aquí termina mi entusiasmo, porque los dramáticos volantes que se han convertido en la firma de la diseñadora no aparecen por ningún lado. En su defensa, diré que el vestido debía de ser más bonito en movimiento, pero sigue sin convencerme. Además, su clutch de Jimmy Choo es demasiado grande.

Hasta aquí nuestra primera entrada. Volvemos enseguida con las mejores de la noche. ¡Y esta vez también hay estilismos masculinos!

O.

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