Cate Blanchett será para muchos la mejor vestida de la noche, pues iba perfecta de pies a cabeza. Pero el vestido de Givenchy que llevó en los Oscars 2011 tiene una sombra alargada y amenaza con no dejar que ningún otro vestido de Cate lo supere en perfección. Además, que hasta última hora yo esperaba que Cate Blanchett le fuera infiel a la firma de la cual es imagen con un vestido de esos que quitan el hipo... pero al final no ha podido ser:
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Si lo comparamos con el Armani que llevó en los Globos de Oro (y que tan poco me gustó), este vestido de la colección Fall 2013 sale ganando por goleada. Muchos esperaban que Cate se pusiera un diseño de la última colección Spring 2014, pero parece que la australiana prefirió rescatar uno de los pocos diseños que valían la pena de entre una colección que en su momento nos pareció más bien sosa. Además, lo suyo tiene mucho mérito, ya que el nude fue (junto con el negro) el color predominante de la noche, pero Cate supo destacar igualmente. Quizás más original es la inspiración romántica del diseño, que aparece cuajado de aplicaciones florales, lentejuelas con degradado y pequeños cristales de Swarovski. ¿El mejor detalles? La división en sobrecapas de la parte inferior, como si se tratara de los círculos de un miriñaque.
Y no menos espectacular es su look de belleza:
Porque Cate irradiaba luz, como suele ser habitual en ella, y ni siquiera los enormes pendientes de Chopard en forma de racimo lograban quitarle protagonismo a su rostro. Llevar tanto adorno encima es peligroso, ya que a veces es el estilismo quien arrastra a la famosa tras de sí, pero en Cate ha resultado ser todo un acierto. Y sabéis que dentro de veinte años veremos esta imagen y nos seguirá impactando igual, porque si hay algo que la define es su elegancia atemporal.
A estas alturas, solo nos queda conocer cuál ha sido mi favorita.
O.
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