Una revisión crítica al estilismo de Sarah Jessica Parker en la Gala MET 2015

Cuando la vi aparecer sobre la alfombra roja, tuve claro que Sarah Jessica Parker volvía a convertirse en la reina de la Gala MET sin lugar a la más mínima duda... Pero parece que el público que tanto adora a la fashionista neoyorquina está más dividido en esta ocasión, pues a estas alturas he leído ya bastantes comentarios negativos hacia su estilismo.

Mi intención aquí no es hacer proselitismo con el fin de captar adeptos para la secta SJP, sino intentar explicar mejor mi punto de vista, ya que considero que el look ha sido bastante mal entendido y tengo la sensación de que dentro de unos años pasará igual que con su estilismo en la Gala MET 2006... Que mucho poner a parir su vestido con tartán de Alexander McQueen pero, casi una década después, está presente ahora en todos los tops sobre estilismos icónicos de la Gala MET.

La crítica más repetida hacia su look es que parece que vaya disfrazada. Términos y expresiones como "exceso", "dando el cante" o "ridiculez" se han repetido ya varias veces a la hora de definir este look... Pero os diré una cosa: quien a estas alturas no haya entendido que la Gala MET es un escenario por y para el exceso puede que no capte en toda su complejidad lo que este evento significa. Porque no se trata de "ir mona", sino de cumplir un dress code que viene marcado por el título de la exposición que se presenta ese año.

Y, viendo los estilismos de anoche, me parece que la mayor parte de invitadas se conformaron con caer en la copia fácil o, incluso, no hicieron el más mínimo esfuerzo por adaptarse a la estética que se requería. Si vas a la Gala MET, o juegas todas tus cartas o te quedas en casa.

Por otra parte, creo que tampoco se ha acabado de percibir una idea que yo intenté explicar ya en mi post sobre la exposición previo a la Gala: el título es China: Through the Looking Glass ("China: a través del espejo"), por lo que la alfombra roja no requería ir vestida con indumentaria tradicional china, sino ofreciendo una reinterpretación de la influencia oriental que ha supuesto China en el mundo de la moda occidental. Es decir, los estilismos deberían haber plasmado la visión orientalista que tenemos en Occidente sobre esta cultura milenaria.

En este sentido, hace falta tener algunos conocimientos sobre indumentaria, tanto occidental como oriental, para alcanzar a comprender hasta qué punto el look de SJP es un estilismo absolutamente impecable. Si ya me gustaba, después de fijarme en él más al detalle con el paso de las horas, debo decir que todavía ahora me entusiasma más.

Por un lado, el hecho de que el vestido incluya detalles como el escote tipo Diana o la definición de la silueta a partir de una cintura entallada (sin necesidad de fajín o cinturón) implica que se han añadido detalles propios de Occidente, pues varios aspectos del patronaje de este vestido no se corresponden con la tradición oriental, de ahí su toque moderno. También responden a una visión orientalista las borlas y los pompones que observamos en el tocado, aunque luego veremos que esta pieza es mucho más compleja. Tampoco falta el encaje de sus botas, que recoge también la habitual asociación que los occidentales hacemos entre moda oriental y motivos florales.

Por otro lado, una observación más minuciosa puede desvelarnos los múltiples detalles orientales que podemos encontrar en este look. Y, teniendo en cuenta que el vestido lo diseñó la propia Sarah Jessica Parker, así como los zapatos, y encargó ella misma el tocado, esto nos dice que Sarah Jessica sí es una auténtica conocedora sobre la cultura china y se preocupó por investigarla rigurosamente antes de idear su look:

• Pese a que el vestido tiene varios elementos de confección occidental, detalles como la manga holgada y la capa revelan un claro estudio sobre los dos tipos de indumentaria china tradicional más habituales, el qipao y el hanfu. Del primero, vemos la caída de la falda abierta por un lateral para facilitar la acción de caminar, mientras que del segundo se aprecia el detalle de la manga ancha.
• Como ya comentábamos esta mañana, el uso de bandas verticales confeccionadas a partir de varios tipos de tejidos es un síntoma de la riqueza en la indumentaria oriental. Además, sin entrar en demasiados detalles, os diré que tanto el tipo de trabajo del tejido como el color forman parte de un complejo sistema de estratificación y jerarquización social que estaba vigente en la China tradicional.
• En estos retales de tejido, se observa como el bordado respeta la técnica tradicional de confección, conocida de hecho bajo la denominación de "bordado chino". Se trata de un bordado sin punto utilizado para crear composiciones ricas y vistosas, algo característico en la confección propia de esta región.
• Otro detalle que me llama mucho la atención es el uso de la amapola tanto en el broche delantero como en las aplicaciones de la cola. No puedo confirmar la relación con las llamadas Guerras del Opio que tuvieron lugar en el siglo XIX entre los ingleses y la China de la dinastía Qing, pero esta conocida droga se extraía de una variedad de amapolas que llegó a cultivarse muy extensamente en las áreas agrícolas de la nación.
• Sus pulseras de jade personalizadas parecen que gustaron más, pero la gente tampoco ha entendido que se tratan de algo más que "mero adorno". La artesanía de la joyería a partir de minerales es también un arte milenario típico de la región. En este sentido, el jade es un material usado para hacer joyas desde el Neolítico, aunque será durante la dinastía Shang cuando se convertirá en símbolo de nobleza, perfección e immortalidad, vinculándose también a la buena suerte.
• Por último, no podíamos dejar de comentar su tocado de Philip Tracey, claramente inspirado en el fuego. No sé si conoceréis la Teoría de los Cinco Elementos (Wu Qing) que, según la filosofía tradicional china, explica la noción de continuo cambio y dinamismo en la naturaleza que tanto éxito ha tenido en disciplinas como las artes marciales, el Feng Shui o la medicina tradicional china. En cualquier caso, el fuego es quizás el elemento que mejor representa a la actriz, pues supone ese inestable equilibrio entre la calidez (el fuego es calor) y el riesgo (el fuego también es peligroso e inesperado) que ella nos aporta sobre la alfombra roja.

Después de esta argumentación, que se ha alargado más de lo que esperaba, quiero que quede una cosa clara: os puede gustar más o menos el estilismo de Sarah Jessica Parker, pero no es justo juzgarla de "ridícula". Para mí, es una de las pocas asistentes que entendió el concepto de la velada y que, además, se molestó en preparar un estilismo acorde con la ocasión. Dicho esto, sois libres de opinar como os plazca y me encanta que me lleguen vuestros comentarios y debatir con vosotr@s... Pero, en esta ocasión, creía necesaria una respuesta por mi parte.

O.