martes, 3 de diciembre de 2013

Los British Fashion Awards 2013


Comenzamos una tarde que será larga con una alfombra roja de excepción, los BFA 2013. Como suele ser habitual en estas ocasiones, tenía pensado escoger mi top 10 de la noche, pero al final he preferido escoger 9 looks muy distintos que resultan ser los más interesantes de la noche.

Y fijaos en que digo interesantes, no buenos:




Rita Ora y este diseño de Vivienne Westwood se convirtieron en una sola entidad: "el brillo hecho carne". Vamos por partes, el corte del vestido es el característico de la diseñadora británica, como identificamos en el busto. Pero, en este caso, se ha querido realzar tanto el pecho que el resultado roza la exageración. Además, ya sabéis que no puedo con ese pelo oxigenado de color indefinido, así que anoche Rita reunió todas las papeletas para no convencerme. Nada más que añadir.




Por mucho que nos guste Sienna Miller, debo admitir que lo único que jugó anoche en su favor es el potente color verde de su vestido de Burberry, porque todo lo demás va de mal en peor. Los inconvenientes son más que evidentes: el bustier mal ceñido, las antiestéticas arrugas, el inexplicable clutch dorado, ese collar que sobra a todas luces... Y, al parecer, a la chica se le acabó el champú, la laca y todo producto capilar que pudiera tener a su abasto. Un desastre como pocas veces había visto en ella.




También acudió al evento la actriz Laura Carmichael, secundaria de mi adorada serie Downton Abbey. No es que su look me disguste, es simplemente que no me termina de gustar. Hasta cierto punto, entiendo la elección de este mono de Mulberry con cuerpo de satén y pantalones estilo palazzo, pero creo que el largo está un poco mal ajustado. Además, falta ese factor sorpresa que siempre le pedimos a la actriz y que pocas veces nos da. De nuevo, Laura apuesta por un maquillaje y un peinado naturales (quizás demasiado).




Lo mismo me pasa con Gwyneth Paltrow. Sí, su conjunto de Prada es un estilismo de 10 para un photocall, pero creo que una alfombra roja de unos premios exige un poco más. No obstante, reconozco que la estética retro que consigue el bustier gracias a su corte y a la tendencia del color-blocking es perfecta y me encanta el inesperado contraste entre el tono borgoña y el rosa bebé. Pero, por un momento, intentad sustituir en vuestras mentes la falda plisada negra por una falda larga de corte columna en el mismo color. ¿Veis lo que os decía? Por otro lado, el look de belleza es perfecto.




Y terminaremos nuestro apartado de decepciones con Suki Waterhouse y su vestido de Burberry (o de cómo arruinar un vestido precioso en tres pasos). En principio, el vestido lo tenía todo para gustarnos, desde su precioso y suave color lavanda hasta ese vertiginoso escote que, sorprendentemente, logra superar la vulgaridad. Pero ella lo ha herido de muerte en tres aspectos: 1) Pues nada, que salgo de casa sin peinarme; 2) Voy a ponerme un colgante innecesario, a ver si así distraigo la atención; y 3) Como no tengo bolsos, pues cojo este clutch metalizado en forma de sobre, que no pega nada. En fin, que no.


Y ahora vamos con mis favoritas, que en este caso son cuatro:




Tan solo permito a Poppy Delevingne que vaya vestida informal para la ocasión, porque ella mola y siempre le queda bien hacer esas cosas. Ante todo, yo creo que hay que valorarla porque nos regala un look distinto, cargado de esa diversión que casi siempre suele hacernos sonreír al verla. Además, su vestido corto de Emilia Wickstead aporta un original toque musical que ella complementa acertadamente con unos salones nude anudados en el tobillo, a modo de bailarinas. Y, cómo no, su look de belleza viene protagonizado por esa melena desenfadada y esa naturalidad que tanto la caracteriza. Puede que este estilismo esté un poco fuera de lugar, pero yo la adoro.




Pocas son poseedoras del chic francés, y pocas lo aprovechan tan bien como la actriz y modelo Clémence Poésy (Marion Cotillard aparte, claro está, porque lo suyo es inigualable). Apostando por un diseño de Erdem, la actriz nos ofrecía un look romántico de marcada estética gótica en el cual tenemos que destacar esos preciosos pétalos en color amarillo que sobresalen en contraposición al fondo oscuro. No puedo decir que me guste tanto su look de belleza porque, aunque adoro el toque magenta de los labios, no entiendo porqué ha elegido ese tipo de moño alto.




¡Alexa Chung se ha peinado (de verdad)! Solo por eso, la presentadora y it-girl británica ya merece estar dentro de nuestra clasificación. Pero la cosa no acaba ahí, ya que ha logrado refinar su estilo permaneciendo fiel a su pasión por los vestidos cortos. Y este lo merece, porque el vestido de Stella McCartney es perfecto, desde el suave color rosa ballet hasta el escote corazón en forma de solapas de clara inspiración masculina. Puede que sus zapatos negros sean demasiado pesados respecto a la delicadeza del diseño, pero el femenino maquillaje y las perfectas ondas de su melena consiguen mi perdón.




La modelo Rosie Huntington-Whiteley (o, como la llamo yo, esa chica cuyo apellido tengo que buscar en Google cada vez que quiero hablar de ella) fue la mejor de la noche, porque supo conjugar elegancia y originalidad de un modo extraordinario. Sin duda, este traje de Antonio Berardi ha mejorado considerablemente respecto a como lo vimos en pasarela, en gran parte gracias a la eliminación de la camisa blanca. Así, Rosie ha conseguido un estilismo muy sexy donde la chaqueta carmesí se combina con unos inesperados pantalones tricolor. Con esto, una melena efecto mojado hacia atrás y unos potentes labios rojos, a mí ya me tenía ganado.

Bueno, ¿vosotr@s con qué look os quedáis? Volvemos luego con más alfombra roja.

O.

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