Aprovechando que las famosas nos han dado un descanso, he decidido recuperar uno de esos momentos magníficos que nos dejaron los inicios de 2013, en aquel tiempo cuando este blog no existía.
Y no se me ha ocurrido nada mejor que recurrir a nuestra querida Kerry Washington, a quien amamos tanto en la vida real (como podéis comprobar aquí o aquí) como en la ficción, pues su personaje de Olivia Pope en la serie de Scandal también ha logrado muy buenas críticas en este blog. Por eso me alegré mucho al saber que estaba nominada a los Emmy, que se celebrarán el domingo 22 de este mismo mes.
Esperemos que no solo haga historia ganando un premio que parece muy improbable que consiga (pues sus rivales son de altura, aunque yo apueste por ella), sino que también nos ofrezca un momentazo con un vestido para recordar, igual que el Giles que nos brindó en enero de este mismo año:
Cuando me replanteo si vale la pena dedicar gran parte de mi tiempo libre a un blog de moda, looks como estos me hacen recuperar la ilusión del primer día. Sin duda, no estamos acostumbrados a ver este tipo de diseños, ¡ya nos gustaría! En un primer momento, puede parecer demasiado voluminoso, pero inmediatamente tienes la sensación de que todo encaja. El estampado del vestido, donde vemos a unos caballos, nos hace soñar con un mundo de cuento de hadas. No suelo ser muy amigo de los bajos asimétricos, pero en este caso nos permite ver unos zapatos blancos inmejorables. Sin embargo, el vestido es incluso más bonito por detrás:
Esta cola, digna de una cortesana de la época de María Antonieta, nos hace enamorarnos todavía más del vestido. ¿Verdad que ahora apreciáis mucho mejor los caballos del estampado? Ante esto, muchos esperarían un look de belleza sencillo, pero Kerry vuelve a arriesgar y a ganar. Mirad:
Su larga melena aparece en forma de falso bob, recordándonos que las melenas asimétricas bien cuidadas siempre nos gustan y, por detrás de la de Marion Cotillard, esta es una de las mejores que hemos visto. Respecto a su maquillaje, el toque vamp que aportan sus labios en color borgoña supone el contraste ideal para la blancura del vestido.
Pero, ¿por qué esto es arte? En este caso, me ha costado buscar una referencia, pero la técnica y el juego visual me han recordado al modo de pintar impresionista. Aunque la mayor parte de los impresionistas pintaban paisajes, su contemporáneo Edgar Degas se sintió mucho más atraído por la hípica y la danza:
Sin duda, los caballos del cuadro Antes de la carrera compiten en belleza con los del vestido de Giles. La composición del cuadro puede resultar un tanto caótica (realmente no hay, porque el pintor representa un momento tal y como lo ven sus ojos), igual que ocurre en el vestido de Kerry Washington.
No obstante, si tenemos en cuenta la blancura y el volumen del vestido, lo que me viene a la cabeza son los tutús de las bailarinas de Degas:
Su cuadro titulado Clase de ballet es uno de mis favoritos, en gran parte gracias al juego que aporta el reflejo en el espejo. Las malas lenguas dicen que Degas pintaba bailarinas con el fin de representar a la mujer en extrañas posturas, pues al parecer era un tanto misógino. Sea como sea, los tutús que lucían las danzarinas eran resplandecientes, igual como el vestido de Giles.
Bueno, ¡a ver qué sorpresas nos esperan mañana! Si las famosas no nos animan el día, tengo más entradas de estas listas para ser publicadas, cosa que siempre es un placer.
O.
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