Estrenamos el Festival de Toronto 2015 con Natalie Portman y Naomi Watts

Tras otra jornada sin nada reseñable en el Festival de Venecia, aprovechamos la mañana para ponernos al día con otro certamen que comenzó hace un par de noches: el Festival de Toronto 2015.

En líneas generales, en estas dos jornadas solamente nos ha dejado tres estilismos dignos de comentarse. Empezamos por el primero de ellos, visto en la jornada inaugural:

Natalie Portman fue la única estrella internacional que se dejó ver en la ceremonia inaugural y, como no podía ser de otro modo, la oscarizada actriz se decantó por un diseño perteneciente a la colección Alta Costura Fall 2015 de Raf Simons para Christian Dior. Entiendo que la intérprete tenga que lucir diseños de la maison francesa por su contrato de imagen, pero lo cierto es que se trata de una propuesta poco favorecedora. Rescatamos su chaleco a base de argollas metalizadas como único punto de interés en este look (a mí me recuerda al cannage de las mecedoras de mimbre), pues las hombreras y las horrendas mangas acampanadas nos mantienen alejados de cualquier encanto que pudiese transmitir este vestido de seda con un decadente estampado floral. Tampoco ayudan sus complementos, un clutch satinado y unas pesadas sandalias en color negro, ni los evidentes brillos en el maquillaje.

En la segunda jornada del certamen pudimos ver otros dos estilismos que superan con creces al primero. Y uno de ellos viene de la mano de la misma actriz:

Voy a decir algo que muchos estamos pensando: los últimos triunfos de Natalie Portman no han venido precisamente de la mano de Dior... Porque para presentar su debut tras las cámaras, A Tale of Love and Darkness, la actriz de origen israelí se enfundaba en un precioso a la par que romántico vestido de Lanvin. El diseño, una agradecida modificación de una propuesta de la colección Resort 2016, destaca por su silueta drapeada de inspiración helénica con escote tipo Diana, detalles que se conjugan a la perfección con la belleza clásica de Natalie. Quizás mi mayor pega sea el efecto de doble largo que vemos en la falda, un recurso que tenía sentido dentro del espíritu rompedor del diseño original pero que debería haberse eliminado con la "dulcificación" que ha sufrido este vestido al modificarse. No nos entusiasma tampoco su clutch, pero el precioso broche en forma de estrella y el toque de color de su labial frambuesa nos ayudan a perdonar ese pequeño desliz.

La otra protagonista de esta segunda jornada fue Naomi Watts, quien asistía a la presentación de Demolition. En esta ocasión, la actriz británico-australiana volvía a hacer gala de su arriesgado buen gusto de la mano de un complicado diseño de Balmain que destaca por el absoluto protagonismo de sus volantes. Sin ellos, nos encontraríamos ante un sencillo vestido nude con cuello halter, un vestido que hubiese funcionado correctamente pero que habríamos olvidado enseguida... Vale, puede que un diseño con tanto volante en cascada no sea lo más favorecedor del mundo, pero ella lo defiende de un modo impecable. Nos gustan en especial el dramatismo de su maquillaje y el detalle de los brazaletes en dorado.

Ante el evidente fracaso que supone el primer look de Natalie, creo que su segundo estilismo es una gran mejora. En realidad, mi duda está entre este segundo look y el estilismo de Naomi Watts: ¿nos decantamos por la clásica elegancia de Portman o por la siempre arriesgada Naomi? Mi razón (objetiva) apuesta por la primera, mientras que mi corazón (subjetivo) está del lado de la segunda. Espero que vuestras opiniones ayuden a resolver este empate.

O.